jueves, 19 de mayo de 2011

De los problemas y las situaciones


Es sábado por la tarde y le tomas prestado el carro a tu papá (sin que él se dé cuenta). En un momento de distracción, chocas. Lo primero que piensas es "Puta madre...estoy en un problema".
Simultáneamente en un pueblito de Birmania, cae un tremendo diluvio y se inunda el poblado. ELLOS están en un problema, pero a ti la inundación te importa un carajo: el carro de tu padre! Ese sí que es un problema...para ti.

¿A qué voy con esto? ¿Ya porque en otros lugares del mundo están más jodidos, yo no tengo "problemas" que valgan la pena? No, no es eso. Lo que estoy intentando explicar es un principio muy sencillo de la vida y que rara vez nos detenemos a analizar:

Existen las situaciones y nosotros somos los que determinamos qué es y no, un problema.


El ser humano tiene la capacidad de preocuparse por una situación en particular y cargarle este carácter de "problema". Aquí lo importante es esta "preocupación". No digo que andemos por la vida quitados de la pena sin preocuparnos de nada en absoluto. ¡Que nos valga madre todo y arriba la Ataraxia!, no. Lo que hay que preguntarnos es ¿cuánto tiempo de nuestra vida pasamos preocupados por "problemas" que realmente podrían no serlo?

Lo hacemos de manera inconsciente, por lo mismo que decía que nunca nos detenemos a analizarlo. Pero es el principal contribuyente a nuestro estrés diario esta preocupación constante por una infinidad de razones: deudas, calificaciones, estados de ánimo, el futuro, el pasado, pertenencias materiales, situaciones emocionales, hasta el hecho de que tengamos o no una prenda para ponernos. "La camisa que quería usar hoy para salir no está limpia, ¡qué problema!" y nos preocupamos (ya lo comentaba en otro post). Inclusive, las situaciones de otras personas las hacemos "problemas" nuestros y nos preocupamos también por ello.

Este estado constante de preocupación, la mayoría de las veces nos bloquea para poder resolver nuestros "problemas". ¿No te pasa que a veces tienes tantas cosas que hacer que no sabes ni por donde empezar y de pronto te das cuenta que ya pasó mucho tiempo y no has resuelto nada? Ese es precisamente lo más negativo de hacer de todo un problema.

¿Por qué crees que cuando tienes un "problema", vas con un amigo a contárselo y él o ella te ayuda a resolverlo? Porque ellos no lo ven como un problema, para ellos es un situación. Así está la cosa, estos son los factores, veamos qué se puede hacer al respecto. Ellos no están bloqueados pensando "Puta madre...estoy en un problema".

Bien, qué pasaría si nos pusiéramos a analizar más las cosas y pudiéramos detenernos ante una situación y decir: Ok, esto está jodido, pero debe de haber una solución. ¿No sería mucho más tranquilo nuestro hacer diario? ¿No estaríamos más relajados? A veces el cargar con tantos "problemas" termina afectando nuestras relaciones con otras personas que ni la deben ni la temen.

Ya sé que uno no es ni el Dalai Lama ni el pinche Yoda como para andar en túnica predicando por el mundo la paz y la inteligencia. Pero es importante saber que tenemos esa capacidad para determinar qué es un problema y qué no lo es. Preocuparnos por las cosas que sí merecen nuestra preocupación, discernir y decidir "éste sí es un problema y éste no".

La próxima vez que pienses "Puta madre...estoy en un problema", pregúntate si realmente es un "problema" o no. Decide si es una mera situación que tiene su solución o un problema que merezca añadirle una rayita a tu estrés.

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