jueves, 2 de diciembre de 2010

La Muerte y la Doncella





En 1824, cumpliendo un año de enfermedad y al encontrarse al borde de la muerte, Franz Schubert compuso esta obra en la que plasmó todo el sufrimiento por el que pasó. Por medio de un cuarteto de cuerdas, el compositor musicaliza el baile entre una bella doncella y la Muerte.

Esta metáfora del inevitable destino de todos los seres humanos comienza con un Allegro (que de alegre no tiene nada) violento en el que se puede ver claramente el brusco batallar de la Doncella por escapar de los brazos de la Muerte. El segundo movimiento comienza con la aceptación del destino mortal, una melodía fúnebre cargada de todos los sentimientos que, quien haya vivido una muerte cercana, entenderá a la perfección y sentirá en el fondo del estómago. La obra finaliza con un Presto al estilo de las tarantellas en la que la Muerte baila victoriosa envuelta en la locura y la satisfacción pura de haber tomado una vida más.



La genialidad de Schubert sumada al estado depresivo en el que escribió esta obra dan como resultado una de las piezas musicales más emotivas que he escuchado en mi corta vida. Para poder entenderla hay que pensar en lo que el autor estaba viviendo, y para ello basta leer un extracto de una carta que envió mientras se encontraba hospitalizado en esta época:

"Think of a man whose health can never be restored, and who from sheer despair makes matters worse instead of better. Think, I say, of a man whose brightest hopes have come to nothing, to whom love and friendship are but torture, and whose enthusiasm for the beautiful is fast vanishing; and ask yourself if such a man is not truly unhappy."

No hay descripción que se le acerque a lo sublime de esta obra. Lo que provoca esta pieza es sólo obtenible a través de escucharla con atención. Y para ello, aquí la puedes descargar:


No hay comentarios:

Publicar un comentario