Recientemente me he puesto a pensar en ese sentimiento de infelicidad que de pronto me ataca en la semana. Esas ocasiones en las que siento que ando sin rumbo, que no tengo o no he logrado lo suficiente o lo que quisiera, que falta algo. (Estoy casi seguro que a ti también te ha pasado). Y analizando la raíz del problema he llegado a una solución bastante sencilla.
La raíz del problema, y no puedo dejar de sentirme un tanto culpable y partícipe, está en los medios y la publicidad. Yo sé lo trillado de culpar a los medios de todo, pero no tengo intenciones de satanizarlos en absoluto. Simplemente quiero enfatizar que los seres humanos definimos nuestra realidad por comparación. Necesitamos ver a los demás para poder definir una identidad para nosotros mismos y si alguien te dice "No, yo soy como soy y nunca me fijo en las demás personas" te está mintiendo vilmente. Es nuestra naturaleza identificarnos a partir del contexto social en el que nos hallamos.
Entonces, ¿cuál es el problema con la publicidad? Pues que nadie te quiere vender algo con una cara triste. Todo el día, todos los días estamos bombardeados de mensajes que contienen personas felices. Atractiv@s modelos con una gran sonrisa viviendo una vida espectacular. Te juro que nunca había visto a alguien estar tan feliz por unas papas o una pasta de dientes. En cada momento del día vemos anuncios con realidades plásticas, prefabricadas para darnos a entender que nuestra felicidad depende de adquirir lo que se está anunciando.
El silogismo: si el ser humano define su realidad a través de la comparación con su contexto social y lo único que ve son anuncios de gente feliz, guapa y exitosa; cuando uno se ve en el espejo lo más probable es que piense "me falta algo". Esa sensación de infelicidad es propiciada por todos esos mensajes que básicamente nos dicen: sólo serás feliz hasta que adquieras "esto". Y la realidad es que nunca seremos lo suficientemente atractivos, adinerados o exitosos, porque siempre habrá algo por encima, un escalón más que subir. Estamos acostumbrado a mirar a todo lo que está arriba de nosotros y eso nos hace sentir más pequeños de lo que realmente somos.
¿La solución? Mirar hacia abajo. Si no podemos evitar estar en contacto con todos estos mensajes de una vida perfecta, hay que compensarlos viendo la realidad de este mundo. Tenemos que ubicar que nuestro lugar es realmente privilegiado.
La mejor opción es que imprimas las imágenes que pongo a continuación y pongas una en tu oficina, traigas otra en la cartera, también puedes poner una en la sala o en el buró de tu cuarto. Y cada que pienses "no tengo suficiente ropa" o "tengo que cambiar de celular", mira la foto. Antes de que te fumes un cigarro, te tomes una cerveza con tus amigos, te sientes a descansar o salgas a comer a algún lugar, mira la foto. Si ves un anuncio con gente feliz, mira la foto. Verás que de la noche a la mañana (y sin hacer mayores esfuerzos) tu vida parecerá mucho mejor y te sentirás mucho mucho más afortunado...si no me crees, mira la foto.
Barrio bajo de Mumbai |
Refugiados en África |
Desamparados en Delhi, India |
Vendedora en favela de Rio de Janeiro |
Colonia inundada en Manila |
Huérfanos en Rumania |
Niño de Kosovo durante la guerra |
Probablemente ahora estés triste por estas personas, pero por lo menos te diste cuenta que tu vida no es nada mala, que realmente no tienes tantos motivos para ser infeliz. Listo. Remedio.
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